jueves, 21 de junio de 2012

Saludo del General y Completar Cuadro

SALUDO DEL GENERAL




COMPLETAR EJERCICIO

Luego de haber leido toda la información de este blog, completar un cuadro sobre la vida de Manuel Belgrano según los encabezados. 
Hacer sobre la imagen del prócer para descargar el cuadro 

martes, 19 de junio de 2012

¿Qué decia Belgrano sobre la educación y los niños?

18 de junio de 1820 - Semana por el fallecimiento de Belgrano (20 de junio)

Antes de morir, Manuel Belgrano escribió su autobiografía -según confesó- no sólo para que fuera útil a sus paisanos, sino también para “ponerme a cubierto de la maledicencia”. Y es que no pocos enemigos se había ganado este criollo a lo largo de las luchas independentistas.

Nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, con el verdadero nombre de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, estudia en el Colegio Real San Carlos (hoy Nacional de Buenos Aires), para luego trasladarse a Valladolid, junto a su hermano, para estudiar leyes. A su regreso a Buenos Aires, con apenas 23 años y recibido de abogado, asumió las tareas de secretario en el consulado porteño.

Interesado en que el consulado ofreciera cursos educativos en varias materias, las invasiones inglesas lo incorporaron de lleno en la cuestión militar y política. Desde entonces y por largos años participaría en batallas, debates, disputas y la gestión de una nueva realidad que nacía.

Recordado como creador de la bandera, ingeniero del “éxodo jujeño”, comandante del Ejército del Norte y por haber destinado los 40 mil pesos oro de premios en la construcción de escuelas en las provincias del norte (que nunca se hicieron), Belgrano murió en la pobreza total, el 20 de junio de 1820, atacado por una agobiante enfermedad. “Pienso en la eternidad, adonde voy, y en la tierra querida que dejo...”, comentó antes de morir.

En el aniversario de su fallecimiento, recordamos lo que decía sobre la educación en el país y el maltrato hacia los niños.

Fuente: Felipe Pigna, Libertadores de América. Aquellos gloriosos sudacas. Vida y obra de los revolucionarios que pasaron por España, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, págs. 53-54.

"Los niños miran con fastidio las escuelas, es verdad, pero es porque en ellas no se varía jamás su ocupación; no se trata de otra cosa que de enseñarles a leer y escribir, pero con un tesón de seis o siete horas al día, que hacen a los niños detestable la memoria de la escuela, que a no ser alimentados por la esperanza del domingo, se les haría mucho más aborrecible este funesto teatro de la opresión de su espíritu inquieto y siempre amigo de la verdad. ¡Triste y lamentable estado el de nuestra pasada y presente educación! Al niño se lo abate y castiga en las aulas, se le desprecia en las calles y se le engaña en el seno mismo de su casa paternal. Si deseoso de satisfacer su curiosidad natural pregunta alguna cosa, se le desprecia o se le engaña haciéndole concebir dos mil absurdos que convivirán con él hasta su última vejez."

Manuel Belgrano

sábado, 16 de junio de 2012

Glosas y palabras para el acto

Aquí les dejamos una opción para la organización del Acto del día de la Bandera. Esperamos que les guste, hagan click en el siguiente enlace:


                                                          Acto 20 de junio


Autoras: Elena Scoponi, Andrea Sosa y Mariela Escalante.
Fuentes consultadas: varias.
Hacé clic en el enlace y encontrarás fotos e información acerca de la bandera, del blog Argentina en noticias:
DIA DE LA BANDERA

Radio nacional belgrano por Felipe Pigna. Programa de radio nacional, donde Pigna habla sobre M. Belgrano.

Manuel Belgrano, modelo de ciudadano

Belgrano, la película | Conectate

Belgrano, la película | Conectate

Los últimos diez años del creador de nuestra bandera y una trama de pasiones donde la ficción hace historia.. El comienzo de su estrategia política y militar, el clima de animación y confianza de la primera época, las batallas ganadas, las derrotas y un final en el que se instala el desencanto, la enfermedad y el replanteo permanente de sus fuerzas y aptitudes para continuar con la gesta patriótica. La vida privada de un hombre marcado por su  compromiso público con la historia de nuestro país en sus primeros tiempos, signados por aires de revolución y cambio.
Belgrano, la película es una de las dos producciones históricas realizadas con motivo del Bicentenario por la televisión Pública, Canal Encuentro y la Unidad Bicentenario, con el apoyo del Ente Cultural de Tucumán, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

MALVINAS EN EL CORAZON DE LA NACION

Belgrano.Biografia sobre su vida realizada en power point.


viernes, 15 de junio de 2012


      Manuel Belgrano: multifacético
Usualmente, cuando hablamos de Manuel Belgrano pensamos en el prócer de la Revolución de Mayo, el vocal de la Primera Junta de Gobierno o el creador de nuestra bandera.
Sin embargo, hay muchos Belgranos además de este que conocemos, y sobre los que la historia oficial poco nos ha contado.
Belgrano nos ha legado una conducta militante al servicio del país. Un personaje que por entrar de lleno en lo que en aquella época se llamó la “carrera de la revolución” dejó su fortuna y su tranquilidad de lado para dedicar su vida entera a la causa en la que creía, a modificar la realidad.
Les proponemos, entonces, un recorrido para conocer más a fondo a este prócer argentino.


El joven Manuel Belgrano estudia Derecho en la Universidad de Salamanca, en España, entre 1786 y 1793. Vuelve a Buenos Aires en 1794 e ingresa al Consulado de Comercio de Buenos Aires para trabajar como secretario de Comercio.
Durante esos años, se interesa especialmente por la economía política y el derecho público. Sus ideas se van ampliando, al tiempo que asimila las posiciones surgidas durante la Revolución Francesa.
Cuando el rey de España cae prisionero de Napoleón en 1808 y comienza la guerra española contra la ocupación francesa, Belgrano ya se encuentra en Buenos Aires, donde forma parte del grupo revolucionario de mayo de 1810 y es nombrado vocal de la Primera Junta.
En 1814 viaja a Europa para negociar apoyos a la revolución rioplatense, pero no tiene éxito: Europa estaba derrotando a Napoleón y con el retorno del absolutismo en todo el continente cualquier movimiento revolucionario se considera algo peligroso. Esto convence a Belgrano, antes más radical, de buscar una solución monárquica –una monarquía constitucional– para independizar a los territorios revolucionarios, una idea que sostiene en el Congreso de Tucumán, aunque sin eco.

Belgrano consideraba que la prensa era un medio imprescindible para difundir las ideas revolucionarias (idea que se había forjado a partir de la Revolución Francesa). Esto lo llevó participar de la fundación del periódico Telégrafo Mercantil y a proteger a diversos órganos periodísticos publicados en el Río de la Plata.
En 1806, pasa a dirigir el periódico El Correo de Comercio de Buenos Aires, secundado por Vieytes y con la ayuda de su primo y amigo, Juan José Castelli. Desde este medio expone sus ideas respecto de temas relacionados con la economía, la educación y la salud.

Belgrano participa en Europa del nacimiento de la economía como ciencia y traslada sus conocimientos relacionados con esta materia al continente americano. Es uno de los principales pensadores del continente en considerar a la economía como parte intrínseca del desarrollo cultural, y es un impulsor de la economía de libre mercado.
Durante sus años de formación en Europa recibe la influencia del francés François Quesnay, que publica en 1758 el Tableau Economique, trabajo que ha sido considerado como el acta fundacional de la escuela económica conocida como Fisiocracia.
También conoce la prédica de Adam Smith, fundador de la escuela clásica inglesa y cuya Investigación sobre la naturaleza y causas de la Riqueza de las Naciones (1776) se considera el origen de la economía como ciencia.
El pensamiento de Belgrano en materia económica quedó plasmado en las Memorias del Consulado, con cuya lectura abrían anualmente las sesiones. Belgrano transformó esas lecturas en conferencias sobre temas de economía y en fuertes alegatos contra el sistema comercial monopolista español y en defensa del libre comercio de las colonias.

Desde su cargo de secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires, y como director de El Correo de Comercio, Manuel Belgrano busca llevar adelante y concretar proyectos vinculados a lo educativo, que incluyen la instrucción de las mujeres y escuelas gratuitas para todos. También está presente la posibilidad de educar a los pobres y darles de ese modo una posibilidad de progreso social, que será necesario para el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
Pero Belgrano transforma su pensamiento en práctica. Con el auspicio del Consulado y movido por su prédica, se crea en 1799 la Escuela de Náutica, que continúa abierta en la actualidad, y la Academia de Geometría y Dibujo, que dura apenas dos años.
Más tarde, dona el dinero que el Estado le había otorgado por las victorias de Tucumán y Salta para la construcción de escuelas en las ciudades de Tarija (hoy parte de Bolivia), Jujuy, Salta, Santiago del Estero y San Miguel de Tucumán, que -por las convulsiones de la guerra- no se construyeron hasta mucho después.

Desde mayo de 1810 hasta enero de 1814, la actividad de Belgrano se concentra en la guerra. En 1811, La Primera Junta de Gobierno lo envía al frente de una expedición a Asunción del Paraguay, para plegarla al movimiento revolucionario. La expedición es derrotada por tropas muy superiores en número.
En septiembre de 1811 el Primer Triunvirato nombra a Belgrano jefe de los Patricios. La tropa de ese regimiento estaba muy descontenta: habían sido milicianos y los habían convertido en soldados profesionales. Cuando Belgrano decide, en diciembre de 1811, que los patricios deben cortarse la trenza que usan y que era el símbolo del cuerpo, el resultado es un motín en contra de la medida y de su comandante y que el gobierno acalla con dureza.
A principios de 1812, Belgrano es enviado a establecer dos baterías de cañones en el río Paraná para evitar las incursiones que hacía la marina de Montevideo, enemiga de los revolucionarios. Allí, el 27 de febrero, enarbola por primera vez el estandarte que había diseñado para sus tropas.
Después de su paso por Rosario, Belgrano es enviado a hacerse cargo del desorganizado Ejército del Norte. En la ciudad de Jujuy hace bendecir la bandera por él creada. Reorganiza el ejército en Tucumán y enfrenta el avance de los contrarrevolucionarios, derrotándolos en la decisiva batalla de Tucumán –en septiembre de 1812–, uno de los combates más importantes de la guerra de la independencia sudamericana. Avanza luego hacia el norte y vuelve a triunfar en Salta, en febrero de 1813. Entusiasmado, continúa hacia el Alto Perú pero allí es vencido en las batallas de Vilcapuyo y Ayohuma, en las que su ejército sufre bajas enormes.
Después de estas derrotas, Belgrano debe entregarle al mando al general José de San Martín, enviado desde Buenos Aires. Más tarde volvería a hacerse cargo del disminuido Ejército del Norte, mientras San Martín prepara su expedición a través de los Andes. Tras unos años, y muy enfermo, deja el ejército.



Los múltiples Belgranos
Actividad pensada para revisar la figura tradicional de Manuel Belgrano, y analizar distintos textos que construyen a los múltiples Belgranos.

Actividad 1

Primera etapa
a. En grupos armen un mapa conceptual que retome los conocimientos que ustedes tienen acerca de Manuel Belgrano.

b. Realicen una puesta en común en la que un representante de cada grupo comente con todo el curso el mapa conceptual que construyeron. Vayan complejizando sus propios mapas conceptuales con la información que aparece en la de los demás y está ausente en el propio.

c. Elaboren un trabajo de profundización sobre la figura de Belgrano en la que cada grupo releve información en libros de historia y sitios de Internet, en base a los siguientes ejes:

- El impacto de las ideas de la Revolución Francesa.
- Sus ideas respecto de la educación.

- Sus ideas políticas.

- Sus estrategias militares.

- Sus ideas para la declaración de la independencia.


Bibliografía


Bertoni, L., L. A. Romero, y G. Montes, Colección Una historia argentina, Libros del Quirquincho, Buenos Aires, Coquena Grupo Editor, 1992. 

Romero, L. A. (dir.), Historia visual, diario Clarín, Buenos Aires, 2000.

Los siguientes enlaces pueden resultarte de interés para la tarea:






d. Una vez que hayan integrado a los mapas la información relevada realicen con tu grupo una nueva presentación de los mapas.

e. Reflexionen y debatan sobre las razones por las cuales el mapa original presentaba esas ideas y no otras. ¿Qué agregó la profundización a la construcción de Belgrano que tenían al principio? ¿Por qué creen que se ha recortado en la historiografía oficial la figura de Belgrano?

Segunda etapa
a. Lean los fragmentos que presentamos a continuación, extraídos de Historia de Belgrano, de Bartolomé Mitre, La revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera y el epistolario de Manuel Belgrano.

Belgrano por Mitre

“Belgrano tenía la paciencia del organizador, que prepara los elementos del triunfo; la intrepidez en el ataque; la firmeza en el combate y la constancia en la derrota; pero carecía de la ardiente inspiración del campo de batalla.
Este contraste, más severo que el de Vilcapugio, fue debido en gran parte a la ciega confianza de Belgrano antes de la batalla, y a sus errores en el curso de ella; aunque entró por mucho la superioridad de las aguerridas tropas españolas, con mejores jefes y oficiales que los del ejército argentino, y sobre todo, la superioridad inmensa de su artillería. El cargo más serio que puede hacerse a Belgrano es no haberse sabido aprovechar de las faltas de su contrario, atacándolo en la bajada de la cuesta; y después no haber tomado ninguna disposición acertada para neutralizar las maniobras que dieron por resultado la derrota. Así, razón tenía hasta cierto punto Pezuela, al colocar los soldados argentinos más arriba de su general cuando decía: ’Las tropas de Buenos Aires presentadas en Vilcapugio y Ayohuma, es menester confesar que tienen una disciplina, una instrucción y un aire y despejo natural como si fueran francesas; pero si alguna vez volvieran a formar ejército con ellas, como sean mandadas por Belgrano y Díaz Vélez, serán sacrificadas por pocas. Estos dos caudillos no supieron hacer el menor movimiento, cuando obligándolos yo a variar su primera posición, marchando con el ejército sobre su flanco derecho, ellos que me esperaban por su frente no dieron disposición de tomar las alturas, por donde era conocida mi dirección, no hicieron otra cosa que darme su frente y hacer subir una nube de indios a una montaña de su espalda, que yo no necesitaba tomar'.
El general Paz, no menos severo que Pezuela, señala estas mismas faltas; pero al mismo tiempo las explica diciendo: 'Es preciso considerar que estábamos en el aprendizaje de la guerra, y que así como era, el general Belgrano era el mejor general que tenía entonces la República. Estaba también falto de jefes, pues los mejores por varios motivos estaban ausentes: no tenía un solo hombre a quien pudiera deber un consejo, ni una advertencia: estaba solo, y solo llevaba todo el peso del ejército'.
Pero si en la batalla pudo padecer la fama del general, mostrándose inferior al vencedor de Salta: en la retirada vuelve a aparecer el héroe de alma grande, el patriota de fe incontrastable, que no se rinde bajo los golpes del infortunio, y que continúa imponiendo al enemigo y domina a los suyos, por su tenaz resistencia y fortaleza de espíritu. Situado con la bandera en la mano en las asperezas de la montaña, rodeado de las miserables reliquias de su ejército, continuaba contando reunión a los dispersos, en señal de que su general no los abandonaba.”

En: Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la independencia argentina. Buenos Aires, Eudeba, 1964.

Belgrano por Rivera

“Belgrano alzó su vaso de aguardiente, la pierna derecha cruzada sobre el muslo izquierdo, hidrópico, la cara de un hombre que galopó no sé cuántas leguas para sentarse allí frente a mí, y dijo salud. Dijo salud, y se rió, como si gozara de la posesión de un secreto, y dijo, cuando terminó de reír, cuando olvidó que era dueño exclusivo de un secreto: Tengo a los oficialitos de mi Estado Mayor, yo, un abogado, a caballo, buena parte del día. Les saco callos en el traste. Y los escucho rezongar: chico majadero, me llaman. ¿Qué hago yo, primo, un abogado, arrestándolos, formándoles consejo de guerra por ladrones, por insubordinación, por amotinamiento, a ellos, que se guían por los reglamentos españoles del siglo de Maricastaña, para que no me hagan, amotinados, lo que le hicieron a usted y a Balcarce, sabiendo que aun a los más miserables les sobran padrinos aquí en Buenos Aires?
Dijo: Arresto a los miserables, que andan todo el santo día, con el rosario en las manos; castigo a los cobardes; reparto charqui y maíz en las poblaciones que no nos dan bola, que nos miran con recelo, que ven que no hay mano que ponga freno a la inquietud de los españoles y criollos, que ven que se me ordena guardar cualquier bandera que no sea la del rey, y que yo, que soy un hombre bueno, como usted me escribió, primo, obedezco. Entonces, para darme ánimo, grito a mis soldaditos, fumemos muchachos, que nos sobra tabaco, y recuerdo la luz de Buenos Aires, la de su cielo, porque quemé mis papeles, y da lo mismo, cuando uno quemó sus papeles, no haber nacido que morir a los cuarenta o a los sesenta.”

Andrés Rivera, en La Revolución es un sueño eterno.


Belgrano por Belgrano. Carta a Saavedra
Buenos Aires,
Cuartel general de Santa Rosa
31 de enero de 1811

Sr. Dn. Cornelio Saavedra

Mi querido amigo: Mis oficios a la Junta no dicen todo lo que yo quisiera decir, ni puedo hablar con franqueza a distancia de cuatrocientas leguas, porque temo que mis cartas caigan en manos del enemigo; la acción gloriosa del 19 me la arrancaron de las manos y las consecuencias me tienen con los mayores cuidados; sólo me ha consolado el aviso que me da Rodríguez de hallarse en la Bajada y que esperaba que pasasen los pardos para ir a atacar a los del Arroyo de la China: quiera Dios que sea feliz, para que pueda venirse con todos y entrar a la conquista de los salvajes paraguayos, que sólo se pueden convencer a fuerza de balas.
Si no se consigue el buen éxito de la expedición, me será forzoso repasar el Paraná; para entonces es de temer que aquéllos, unidos con éstos y apoderados del río, puedan acorralarme y privarme no sólo de la comunicación con la capital sino también de los alimentos, que hoy los tengo, de los ganados que he tomado a los insurgentes del Paraguay, de las posiciones que tienen en esta provincia.
Cuanto menos, necesito 1.500 infantes y 500 de caballería para la empresa de la conquista al Paraguay. Me hallo escaso de dinero; porque de Santa Fe sólo me mandaron 400 onzas, con que estoy socorriendo a la gente, y aunque vengan las restantes no bastan a pagar los sueldos y gastos que se causan, y lo primero es muy preciso, como Ud. conoce, para mantener la disciplina con el rigor que es debido.
Luego que consiga tener la noticia del estado de las municiones despacharé ésta al cuidado de persona que ande mucho y sea viva para que no la pillen; suspendo, pues, de escribir hasta ese momento por si se me ocurriese alguna otra cosa, pero encargando a Ud. que se trabaje con la mayor actividad en todo cuanto he expuesto para lograr nuestros objetos.
Adiós mi amigo; no olvide usted a su
Manuel Belgrano

(Reproducido en F. Luna, (director) Manuel Belgrano. Buenos Aires, Planeta, 2000.)

ACTIVIDADES:
b. Luego de la lectura, y teniendo en cuenta las condiciones de producción y la finalidad de cada texto, debatan acerca de los distintos perfiles de Belgrano.

c. Investiguen a partir de qué textos se conformó la historiografía oficial y cuál fue el rol que tuvo Bartolomé Mitre en relación con ello.

d. Nicolás Shumway, un destacado investigador norteamericano, señala en su libro La invención de la Argentina que las naciones se organizan en función de lo que denomina ficciones orientadoras, creaciones tan artificiales como ficciones literarias pero que son necesarias para darles a los individuos un sentimiento de nación, comunidad, identidad colectiva y un destino común nacional. En este sentido, indica también que “La retórica de Mitre presenta dos tipos de celebridades. Los primeros se asemejan a los héroes clásicos, los segundos a Satanás”. Produzcan un trabajo de escritura comentando el rol de Belgrano en su contexto en relación con los dichos de Shumway. ¿Qué lugar ocupa el creador de la bandera? ¿Por qué? ¿Existen otros personajes históricos que deberían acompañarlo en el panteón de próceres y han sido excluidos? ¿Por qué?

Los siguientes enlaces pueden resultar de interés para llevar adelante este trabajo:




La Bandera Nacional

Las banderas que conocemos hoy suelen ser de tela, rectangulares. Sirven, habitualmente, para identificar a una persona o a un grupo de ella.

En sus orígenes, las banderas solían ser cintas o lazos. El origen de la palabra proviene del latín bandus, que quiere decir precisamente eso: lazo.


Una bandera es algo que nos representa y nos distingue. En el caso de un país, hablamos de la Bandera Nacional. Sirve para diversos fines: representar al país en el exterior, o a los ciudadanos.

¿Sabías que cuando se usa en alta mar se la denomina Pabellón Nacional?

Pero una bandera no se limita a identificar a una nación. Una bandera puede servir para identificar a un grupo de personas que se comprometen con una causa determinada. Precisamente esa era la situación de Manuel Belgrano y sus soldados hacia 1812.
Belgrano en Jujuy
Poco tiempo después de la Revolución de Mayo, Belgrano se hace a las armas. En su enfrentamiento con los realistas, siente la necesidad de conseguir un estandarte que lo distinga de las tropas enemigas.

En la ribera del río Paraná, en la actual ciudad de Rosario, Belgrano decide crear una bandera celeste y blanca, los colores tanto del cielo y las nubes como de la escarapela que se venía usando como distintivo desde las invasiones inglesas. Sin embargo, la historia no es tan sencilla. El Triunvirato, que ejercía el gobierno desde Buenos Aires, le pide a Belgrano que anule su creación, precisamente para evitar roces con los países de Europa. Belgrano desconoce esta orden y marcha a su campaña en el Norte. En Jujuy la enarbola por primera vez y la hace bendecir.





Claro que esa no fue la primera bandera que se usó en nuestro territorio. Una tarea interesante puede ser averiguar cuáles fueron las anteriores.

En todo el territorio nacional, la bandera celeste y blanca señala la pertenencia al suelo argentino. Desde chicos, asociamos un conjunto de colores dispuestos de determinada manera con la idea de nación, y sabemos que existe una bandera en particular que nos convoca e identifica.

Acto de lealtad a la Bandera       

En la Argentina existen cerca de cincuenta mil escuelas. Algunas son muy  distintas entre sí: hay escuelas en las grandes ciudades y en medio del campo, en la selva y en el desierto; algunas reunen miles de alumnos, mientras que en otras una decena de chicos de distintas edades estudia en la misma aula; muchas dan vacaciones a sus alumnos en verano y otras cierran sus puertas en invierno, durante la temporada de nieve. Más allá de estas diferencias, en todas las escuelas del país, los chicos izan y arrían todos los días la misma bandera.

Cada 20 de junio se homenajea a la bandera en el aniversario de la muerte de su creador, Manuel Belgrano.



Una larga historia

Más de una vez habrás escuchado en la escuela, en tu casa o de boca de algún adulto que conozcas, que Manuel Belgrano creó la bandera argentina inspirado en los colores del cielo. Sin embargo, esto no fue tan sencillo como parece. La variedad de banderas enarboladas en este territorio desde la llegada de los españoles hasta 1852 refleja las dificultades del proceso de constituir una nación y representarla por medio de un símbolo.
Estas fueron las catorce banderas flamearon en este territorio desde la llegada de los españoles hasta 1852, mientras se debatía la conformación de la nación:



Bandera española usada en el fuerte de Buenos Aires desde la conquista española hasta 1815.

Bandera del parlamento inglés que flameó en el fuerte de Buenos Aires en 1806, con motivo de las invasiones inglesas.
En tiempos del virreinato se produjeron dos invasiones inglesas a Buenos Aires. Durante 46 días, desde el mes de junio hasta el mes de agosto de 1806, la ciudad de Buenos Aires estuvo gobernada por ingleses.


LA BANDERA CREADA POR BELGRANO



Bandera blanca y celeste supuestamente enarbolada por Belgrano el 27 de febrero de 1812 en las barrancas del río Paraná, en Rosario
Hasta ese momento, el único distintivo que llevaban los soldados patriotas para diferenciarse del ejército realista era una escarapela con los colores celeste y blanco. Manuel Belgrano -que estaba en Rosario con la misión de preparar a la tropa para defender los pasos del río Paraná de cualquier ataque realista- pensó que una buena manera de entusiasmar a los soldados era contar con una bandera propia que tuviera los colores de la escarapela. Así surgió la idea de mandar a coser una y quien fue la encargada de ello fue María Catalina Echavarría de Vidal . Un vecino de Rosario, un civil de la Villa, Cosme Maciel fue quien izó por vez primera  la enseña nacional.
Hay muchas versiones acerca del origen de los colores de la bandera y la escarapela. La versión popular más conocida sobre la creación de la bandera argentina señala que Belgrano se inspiró en los colores del firmamento, colores que coinciden asimismo con el manto de la Virgen María (Inmaculada Concepción) cuyos colores fueron elegidos por la dinastía borbónica para su presea o condecoración más importante entonces otorgada: la Orden de Carlos III. De de esta presea surgió luego, durante las Invasiones Inglesas, la escarapela y penacho del Regimiento de Patricios. Entonces, celeste y blanca era la cinta que usaba el rey de España cruzándole el pecho, que eran los colores de la dinastía de los Borbones, casa reinante en España a la que pertenecía el rey Fernando VII. También los mismos colores tenía el escudo de la ciudad de Buenos Aires Resulta importante aclarar que el 21 de Mayo de 1810, Domingo French y Antonio Beruti, repartieron cintas blancas entre los congregados en la actual Plaza de Mayo de Buenos Aires. Incluso el día 25 de ese mes, a las blancas se le agregaron cintas rojas. Después de la Revolución de Mayo, toda persona que quería demostrar que estaba a favor de la revolución se colocaba cintas blancas en algún lugar visible: las damas en el cabello, en los bordes de los rebozos, o en los abanicos; los hombres se las colocaban en los sombreros o en las solapas de los sacos.
Cuando la nueva bandera flameó frente al Paraná,en 1812, Belgrano dijo a los soldados: "Esta será la divisa con que marcharán al combate los defensores de la patria".
También le comunicó al gobierno de Buenos Aires la decisión que había tomado. En una carta expresa: "[...] siendo preciso enarbolar bandera, y no teniendo la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela, espero que sea de la aprobación de V. E.".
Hay muchas versiones sobre la disposición de los colores de la bandera que Manuel Belgrano creó en Rosario. Algunos historiadores sostienen que la que él creó era  de dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la inferior. Otra posición indica que la bandera enarbolada el 27 de febrero era blanca con una franja central de color celeste, siendo ella conocida como la bandera de Macha (hoy localidad de Bolivia).
Otros opinan que dicho pabellón sólo tenía dos franjas verticales. La primera, junto al mástil, era blanca y la restante, celeste. Sin embargo, hoy se cree que esa enseña era un gallardete (una especie de pequeña bandera que distingue un batallón) que sólo usó el Ejército del Norte durante sus marchas y combates.

En cuanto a las dos franjas celestes, cabe aclarar que Manuel Belgrano las propuso, al igual que para la escarapela argentina (azul celeste), de un color azul próximo al turquesa. Pero como en la Argentina de entonces —o Provincias Unidas de Sud América, o Provincias Unidas del Río de la Plata— era bastante difícil encontrar paños de color azul celeste o turquesa, se optó por utilizar provisionalmente el color azul o el color celeste.
Como todavía no se había declarado por escrito la independencia, el gobierno consideró poco prudente la actitud de Belgrano. En una circular fechada el 3 de marzo de 1812, le respondieron: "Ha dispuesto el Triunvirato que Vuestra Señoría, Manuel Belgrano, sujete sus acciones a las decisiones de este gobierno y haga pasar por un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera blanca y celeste, que la oculte disimuladamente y la reemplace con la que se le envía, que es la roja y amarilla que hasta ahora se usa en la Fortaleza, [...], y procure en adelante no anticiparse a las decisiones del gobierno en materia de tanta importancia".







Bandera creada por José Gervasio Artigas, caudillo de la Banda Oriental (hoy Uruguay). Usada por la Liga Federal entre 1815 y 1820.

Esta insignia flameó por primera vez en Montevideo en 1815. Así decía Artigas: "Buenos Aires sigue engañando al mundo entero con su falsa política. Disimulan la bandera azul y blanca y sigue flameando el pabellón español. Yo he ordenado en todos los pueblos libres que se levante una bandera igual a la de mi cuartel general: blanca en medio, azul en los extremos y en medio de estos unos listones colorados, signo de distinción de nuestra grandeza, de nuestra decisión por la República y de la sangre derramada para sostener nuestra libertad e independencia".




    

Bandera usada en Corrientes en 1815. Fue creada por el gobernador José de Silva, seguidor del caudillo oriental Artigas, quien agregó listones rojos a la insignia blanca y celeste como muestra de sus ideas federales.





                     Bandera de Córdoba, adoptada por el gobernador Francisco Ortiz de Ocampo en 1815.














Bandera aprobada por el Congreso de Tucumán en 1816.


Una de las tareas que tuvo el Congreso de Tucumán después de declarar la independencia fue acordar cuál sería la insignia que reemplazaría a la bandera española. Así decía el decreto expedido por el Congreso el 25 de julio de 1816: "Las Provincias Unidas, después de la declaración solemne de su independencia, tomarán como peculiar distintivo la bandera celeste y blanca".









Bandera de color azul y blanco, adoptada en Buenos Aires en 1818 por el director supremo Juan Martín de Pueyrredón.

Las franjas de los extremos son de un azul más intenso que el celeste original. Esta modificación se debe a una consulta realizada a expertos en heráldica, la disciplina que se ocupa de estudiar los colores que deben llevar las banderas y los escudos. Los expertos rechazaron el celeste y determinaron que el color correspondiente debía ser un azul más oscuro.




Bandera de 1819 a 1820, cambiado a azul en detrimento del celeste por negociaciones monárquicas. Bandera de color azul y blanco, adoptada en Buenos Aires en 1818 por el director supremo Juan Martín de Pueyrredón. Al igual que la que usamos actualmente, llevaba como distintivo militar un sol en el centro, el sol incaico. Es un sol figurado con rostro humano, de color oro amarillo con treinta y dos rayos: 16 flamígeros apuntando o "girando" en sentido horario, y 16 rectos colocados alternativamente, según diseño de la primera moneda argentina.

Manuel Belgrano aceptó este añadido, llamado también Sol de Mayo, ya que en la nubosa y lluviosa jornada (en la ciudad de Buenos Aires) del 25 de mayo de 1810, asomó el sol en el cenit. Esta bandera tenía el color basado en un azul más oscuro.

Bandera de Santa Fe, 1822. El gobernador Estanislao López adoptó para su provincia esta original bandera. El color rojo expresa sus ideas federales.


Bandera usada en Buenos Aires durante los gobiernos de Juan Manuel de Rosas, desde 1829 hasta 1832 y desde 1835 hasta 1852. El color rojo era el símbolo federal.





Bandera de la Argentina a fines de 1840.       Bandera de Entre Ríos, adoptada en 1833 por         
                                                                     el gobernador Pascual Echagüe. Flameó en la
                                                                     batalla de Caseros, en 1852.     







Bandera que se volvió a colocar en el fuerte de Buenos Aires en 1852, una vez que el gobierno de Rosas cayó como consecuencia de la batalla de Caseros. Bandera civil de la Argentina hasta 1985.



Durante la secesión de Buenos Aires (1852-1861), los dos gobiernos -el de la Confederación y el de Buenos Aires- utilizaron la misma bandera.






En agosto de 1985, el parlamento argentino promulgó una ley en donde el Sol de Mayo (o llamado también "Sol de Guerra" ) debía figurar en todas las banderas argentinas. Esto quiere decir que la bandera con sol ya no es exclusiva de organismos oficiales, buques y edificios de las Fuerzas Armadas. Un particular puede acceder a una bandera con sol, así como empresas privadas (bancos, shoppings, hipódromos, etc.).
Antes de esta ley, "la bandera con sol" sólo era utilizada en instituciones oficiales, de ahí que muchas personas sigan creyendo equivocadamente que existen dos tipos de banderas diferentes, una militar y otra civil. El uso de la bandera, sin sol, actualmente queda para adorno de fachadas de edificios, vehículos y comercios.



Actividades



  • ¿Cuántas banderas diferentes se usaron después de la primera insignia creada por Belgrano?
  • Antes, ¿cuáles se habían usado? ¿Por qué?
  • ¿Qué banderas llevan colores que representan ideas federales?
  • Algunas banderas llevan inscripciones, ¿qué dicen?, ¿con qué episodios de la historia argentina podrías relacionarlas?




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